jueves, 8 de marzo de 2012

Los vecinos de la calle Jódar exigen al alcalde que cumpla su palabra

Los ánimos están bastante caldeados en el barrio del Comendador de Úbeda, y más concretamente en la calle Jódar. Alrededor de 25 pancartas colocadas en las fachadas de las casas así lo atestiguan. En lo referente a la ordenación del tráfico y el estacionamiento de coches los vecinos piden al alcalde «que cumpla su palabra» y que esta vía vuelva a la situación en la que estaba antes del inicio de la campaña de recogida de aceituna.


Según aseguran, así se les prometió y así debe hacerse. Tras una temporada en sentido único y sin posibilidad de acceso para vehículos pesados, algo que los habitantes de la zona habían demandado por activa y por pasiva, la calle Jódar volvió a ser de doble sentido hace unos meses debido al comienzo de las tareas de recolección de la aceituna. Las obras en un camino cercano utilizado habitualmente por los agricultores para llegar hasta las dos cooperativas oleícolas que hay en el entorno y el aumento del tránsito de tractores, todoterrenos, camiones y remolques obligaron a tomar esta medida.

Problemas

Pero lo que en principio se suponía provisional, ahora parece que se pretende dejar como definitivo, algo que los vecinos no están dispuestos a consentir. Y es que, aseguran que el paso de maquinaria pesada destroza el firme de la calle que fue recientemente reparado, supone un riesgo y molestias para los habitantes del lugar y, además, el doble sentido reduce considerablemente el número de plazas de estacionamiento.

Ante estas circunstancias, se personaron en el último pleno de la corporación municipal para protestar y exigir al alcalde que cumpliera lo prometido. Y en respuesta a un ruego alusivo presentado por el PSOE, el propio José Robles aseguró que el barrio está dividido, pues hay otros habitantes que prefieren que se mantenga la situación actual, algo que han apoyado presentando en el Consistorio numerosas firmas.

Frente a esto, y viendo que en principio no hay perspectivas de cambio, los vecinos de la calle Jódar han decidido movilizarse y protestar públicamente. De entrada, han colocado alrededor de 25 pancartas en las fachadas de sus casas en las que muestran su malestar y arremeten duramente contra el primer edil, exigiéndole que cumpla su palabra.

«Si quieres respeto, respeta tu palabra»

Entre otras muchas cosas, le dicen: «si quieres respeto, respeta tu palabra», «¿cuántas firmas hay que recoger para que te vayas?», «alcalde inepto, no sirves para esto», «si se promete se cumple, el pueblo no te quiere», «que te vayas ¡ya!, queremos aparcar en la calle», «si puteas a tu pueblo lo pagarás, la gente no olvida» o «¿cuándo darás una alegría marchándote? ¡¡¡a tu casa!!!». Incluso hay quien opina «lástima del PP local, en manos de quién está», y quien pide «Pizarro coge esto, que éste la lía».

Y respecto a la situación de la calle, reclaman: «calle Jódar, sentido único, tractores no», «cooperativa La Carrera fuera del casco urbano», «solución ya al exceso de velocidad, ¡más vale prevenir!», «la calle Jódar no está preparada para grandes tonelajes» o «solución al tráfico ya, estacionamiento como todos los demás».

«Se está riendo de nosotros»

Los vecinos quieren que el alcalde les reciba y que les dé una solución, entendiendo que ésta debe pasar por dejar la calle tal y como estaba hace unos meses. Además, dicen sentirse engañados y creen que Robles «se está riendo» de ellos, pues «dio su palabra y ahora no quiere saber nada». Por otro lado, recuerdan que el asunto atañe sólo a la calle Jódar y que no hay que implicar al resto de barrio. Y aseguran que si no se les atiende, tendrán que tomar otras medidas de presión.

1 comentario:

CLARA dijo...

Los vecinos de la calle Jódar, no llevan razón. La situación era esa cuando se mudaron a la zona, y por ello sus casas fueron más baratas.
Ahora sólo han reparado esa calle, que es donde vive la señora presidenta, se les ha quedado el doble de ancha que las demás, llena de aparcamientos, así no tendran que pagar ni su cochera, y nos mandan todo el tráfico por las calles interiores que son mucho más estrechas, y por supuesto bastante más olvidadas a la hora de arreglar el pavimento.